Los "expertos" del ministro Chang

El lunes 21 de mayo, el ministerio de educación ha publicado una nota de prensa que, más allá de imprecisiones y errores reiterados, demuestra que el ministro Chang se trae algo entre manos.

Alumnos de primaria del Colegio Nacional Luna Victoria demostraron que sólo basta diez minutos para que un niño pueda adaptarse al manejo y uso de las computadoras portátiles de 100 dólares,

¿Y qué? Eso no demuestra absolutamente nada relevante, puesto que apenas implica que en 10 minutos, los estudiantes están en condiciones de vacilarse con las computadoras, y comenzar a usarlas para cualquier cosa menos para estudiar en clase o en casa.

Pero esto no es nada al lado de lo que sigue

Los niños entre 8 y 10 años de edad demostraron sus habilidades a los miembros del colectivo que evalúa dicha iniciativa, a quienes el Ministerio de Educación solicitó su opinión técnica sobre estas laptop. Entre ellos el presidente del Consejo Privado para la Agenda Digital (CPAD), Max Ugaz, y el director de Operaciones de Instituto Linux Profesional para Perú, Ecuador y Bolivia, Hernán Pachas Magallanes.

Aparte de la completa falta de calificaciones de estas personas para opinar a nombre de todos los peruanos de una herramienta que, hasta el hartazgo, se ha dicho que tiene un propósito educativo y no meramente tecnológico, lo que deja un sabor desagradable es que tanto el señor Ugaz como el recién aparecido señor Pachas trabajan para la universidad de la que el ministro Chang es rector, la USMP.

Ciertamente, no hay nada de malo en trabajar en esa universidad. Pero lo mínimo que la elegancia exige es que ambos hubiesen sido francos y directos, declarando el vínculo antes de decir palabra alguna, y que el ministro Chang convoque a alguien que no tenga vínculo laboral con él para que opine también.

Puedo imaginar los reclamos de honorabilidad y las indignadas respuestas que la mera insinuación de algo malo podría producir en el ministro Chang. Pero en un proceso que está siendo llevado con completa falta de seriedad y sin involucrar a nadie que tenga realmente calificaciones para hablar sobre esto, y que compromete no solo mis y nuestros impuestos, sino sobre todo el camino que la educación pública puede tomar en los próximos años, una actividad menos ignorante y más abierta sería deseable.

Señor ministro Chang, ¿qué está esperando? ¿Una interpelación?