A riesgo que este blog se convierta en una exégesis manriqueana, la columna del 13 de agosto de Nelson es interesante por varias razones.
Primero lo primero: es más que saludable que algún miembro de la intelligentsia nacional le dedique su atención al tema, completamente abandonado por el grueso de nuestros "kommentariat". Nelson, al poner este asunto en debate, lo saca del ámbito de los geeks y los hackers, e incluso de los pedagogos, y lo convierte en un (potencial) asunto de interés público. Eso es bueno y saludo sus acciones.
No he escuchado, ni creo representar, la posición de quien "convoca a proteger a los pobres de aquellos adelantos que nosotros sí utilizamos, y de lo culaes nos beneficiamos ampliamente". Creo que hay encontrar la manera de lograr los dos objetivos que aparecen constantemente en esta discusión, en todo el mundo: una meta igualitaria (lograr que todos tengan acceso adecuado y pertinente a la tecnología) y una meta transformativa (cambiar la educación para bien).
Nelson insiste más en la primera meta que en la segunda. Sus ideas, de por ejemplo acreditar cabinas o de proveer computadoras para grupos de cinco, son interesantes en el contexto de la discusión sobre la familiarización con la tecnología, viéndo además las computadoras como una herramienta complementaria que se utiliza en ciertos momentos y para ciertos objetivos.
El problema, evidentemente, es el cruce con el modelo que plantea OLPC: una computadora para cada niño. El experimento en Arahuay sigue ese canon, y la debilidad de la implementación podría ser indicador de la ilusión de hackers que está detrás de la intención de "dejar que los niños encuentren su camino" usando la computadora como una alternativa al modelo educativo como lo entendemos.
Personalmente, me inclino más a creer en una solución estructurada alrededor de competencias básicas y capacidades mínimas, antes que en el maximalismo de OLPC. Lograr que los estudiantes sepan qué hay de una manera más coherente que el aprendizaje al tuntún que tiene lugar en cabinas públicas sería sumamente positivo, pero para eso hay que trabajar un montón para estructurar el acceso; lograr que los escolares conozcan no solo lo que se puede encontrar, sino lo que se puede hacer con una computadora, manipulando información pero también datos (programación básica) sería simpático para permitir que aquellos que tengan el potencial comiencen a desarrollar al hacker incipiente que hay en ellos desde temprana edad. Para eso no se necesita una computadora en manos de cada niño. En particular, para eso no se necesita la XO-1, sino una solución que más allá del precio individual de cada computadora sirva para habilitar experiencias de aprendizaje precisas.
Por ejemplo, y siguiendo con la idea de Nelson: un subsidio mínimo, directo, a una cabina pública, en la que se reserven computadoras con software libre, para que los escolares de secundaria adquieran y demuestren habilidades informáticas básicas, sería un empujón en varios niveles, desde la estructuración de la relación de las cabinas con la sociedad (y no solo con el mercado) hasta el inicio de una estrategia de educación a distancia. Incluso, tendría más sentido económico, puesto que fortalecería a pequeños empresarios, crearía varias demandas agregadas en el mercado local, y demandaría desarrollo informático local; no se trataría de importar productos terminados, que a la larga serán un gran negocio para Quanta.
Lo malo es que semejante diseño implica precisamente eso, diseño. OLPC ofrece una solución llave en mano: dénle una máquina a cada niño y la magia ocurrirá. Las inauguraciones, las compras y las ilusiones tomarían mucho más tiempo que con OLPC; los plazos de nuestros gobernantes no son precisamente tan amplios, lo que hace especialmente atractiva un deus ex machina. Al mejor estilo del muertito capataz, queremos magia donde debería haber trabajo de largo plazo y esfuerzo creativo de verdad.
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- Eduardo Villanueva Mansilla
- Profesor de Comunicaciones, Pontificia Universidad Católica del Perú. Para más información sobre mí, incluido mis correos electrónicos, ir a www.eduardovillanueva.pe o www.eduardovillanueva.com.
1 comentario:
Eduardo:
Ahora viene algo peor: OLPC en Pisco, anunciado por el propio Presidente de la Republica.
http://desdeeltercerpiso.blogspot.com/2007/08/el-negocio-de-la-olpc-en-pisco.html
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